La participación en las elecciones del 9 de marzo de 2014, para escoger los miembros del Congreso que legislarán hasta el año 2018, es una oportunidad excepcional en nuestra historia. Los ciudadanos que concurran a las urnas, optarán por ejercer su derecho al voto con dignidad o por dejar de lado su libertad. Aunque en los dos casos habrá una decisión, la que se haga por la dignidad se orientará a forjar el futuro del País con autonomía; la que se adopte sin libertad, decidirá en lo inmediato, sin que el ciudadano sea señor de sus acciones.
El voto con dignidad, al que invita el Partido Político MIRA, es un voto independiente, no «amarrado ni comprado». Los casi catorce años de existencia de MIRA, se han basado en estimular la práctica honesta de la política, persona a persona, voto a voto, conciencia a conciencia. A pesar de ese ejercicio, han surgido acusaciones en contra, pero frente a las conocidas en el pasado y formalmente por las autoridades, se concluyó que jamás hemos ido a favor de un voto sin libertad.
El voto con dignidad empieza con el que ejercen los ciudadanos y continúa con el que practican sus representantes en el Congreso, como un cordón umbilical entre madre e hijo. Si el voto del colombiano en las urnas es sin libertad, a cambio de dinero o un beneficio particular, posiblemente el de su representante en el Congreso sea también un voto sin dignidad, a cambio de mermelada, con sabor a puestos o a contratos. En los dos casos se aplaza el bien común y se crea una clientela a favor del que parece el mejor postor, pero quien da su voto a cambio de un interés individual, le quita el aliento al beneficio general.
La propuesta de MIRA se basa en sus hechos, el voto con dignidad de los ciudadanos que lo apoyan en las urnas se reproduce en las curules del Congreso y las demás corporaciones, porque no se acomoda a conveniencia. El control político a la inversión de recursos de las olas invernales, a los programas de vivienda, al cumplimiento de la ley que ordena la sustitución gratuita de licencias, o la defensa de una remuneración justa a las madres comunitarias, son apenas algunos ejemplos de cómo el voto de los congresistas de MIRA defienden hasta las últimas consecuencias el nombre de los ciudadanos que lo apoyan.
El voto con dignidad, es un voto que respeta al contendor político y que no lo desfigura con base en información errada o acomodada. La veracidad de una propuesta política, está en su agenda y en su trato respetuoso a los demás. Cuando se escoge un Congreso que tendrá a su cargo concretar la paz, el voto con dignidad será por propuestas que no le cierren el paso a los movimientos o partidos independientes, que admitan y respeten la libertad política, de conciencia, religión, culto y de verdadera expresión y prensa. Votar con dignidad, se trata entonces, de escoger opciones que hagan la paz más allá del discurso y que la concreten en la convivencia con respeto. El voto con dignidad que representa el apoyo a MIRA, ha dado resultados con leyes de su autoría como la antidiscriminación, que penaliza toda forma de hostigamiento y discriminación por razones de sexo, orientación sexual, políticas, de origen o nacionalidad, raza, etnia o religión. La ley que ordenó la igualdad salarial entre hombres y mujeres y las que adoptan políticas de inclusión a personas de talla baja, a quienes padecen epilepsia o a miembros de la fuerza pública que han perdido alguno de sus órganos, propuestas por MIRA, también son prueba de ese voto con dignidad que no discrimina ni tergiversa la realidad.
El voto con dignidad, es un voto por el bienestar de los colombianos. El crecimiento económico y social del país no es solamente la ganancia empresarial, lo es también la equidad entre los ciudadanos. Por ese trato justo, MIRA votó negativamente la reforma a la salud y se opuso e impidió el cobro de cargo fijo en el servicio de energía eléctrica, lo cual benefició a millones de hogares. Además, MIRA orientó su gestión legislativa a defender el Paisaje Cultural Cafetero e intervino en la UNESCO para que se lograra su declaratoria y su protección frente a la explotación minera que lo pone en riesgo. Esa defensa incluyó también y primordialmente a los cafeteros y sus familias de todo el país, con propuestas, acompañamiento y control político que condujeron a la adopción de medidas para mejorar su situación.
Con distintas motivaciones, incluso económicas, se plantea el voto en blanco como opuesto al voto sin libertad (comprado o coaccionado), pero los dos son extremos que dejan sin nombre a la democracia y descartan que entre los colombianos haya opciones para la representación de nuestros valores. El voto por MIRA defiende la dignidad, confirma la ética de nuestros connacionales y asegura la posibilidad de continuar y ampliar su representación en el Congreso.
Un voto con dignidad es un voto que a pesar de la adversidad sigue adelante, con independencia y honestidad, como los buenos colombianos. Un voto a conciencia, sin prebendas, sin mermelada, sin discriminación, por el bien común y con la frente en alto, así es el voto por MIRA: un voto con dignidad.