Por: Yimer Botero
Es frustrante pagar por un servicio que no se nos presta de forma correcta y continúa. En Colombia nos sucede en todos los servicios públicos que se nos provee, de manera irregular y de todos modos debemos pagarlos como si se nos hubiese prestado perfectamente. Hoy quise escribir a cerca de un servicio que cada día se masifica más en todo el mundo y que genera ganancias multimillonarias a sus operadores, la telefonía celular.
Cada día la gente se queja más de la mala prestación de este servicio y de los abusos generalizados que estas multinacionales cometen contra los usuarios; la lista de quejas es interminable, la caída de las llamadas (falla en el servicio), el cobro por minutos a pesar de que a veces solo usamos segundos del servicio, la imposición de una fecha límite, para que los usuarios consuman el valor y todos los minutos dentro de esa fecha, si no lo hacen, se pierden (las ganancias son para el operador), el usuario si quiere el servicio, tiene que aceptar las condiciones que están en el contrato en letra menuda (fríamente calculados), cobertura deficiente y si se hacen reclamaciones las respuestas no son oportunas o por lo general siempre el usuario pierde.
Frente a este panorama nos preguntamos, ¿Quién defiende a los usuarios?, ¿qué acciones ha tomado o va a emprender la Comisión Reguladora de Comunicaciones o la misma Superintendencia de Industria y Comercio, encargadas de controlar y sancionar?.
Es necesario que las entidades de control ejerzan sus labores de manera estricta y que defiendan realmente a los usuarios, también que el Congreso de la Republica realice el control político pertinente y que le pidan cuentas a las entidades que ejercen la vigilancia y control, para conocer qué labores adelantan contra los abusos de los operadores y sobre todo, que la comunidad se organice, a través de veedurías o de los muy conocidos Comités de Control Social de los SPD, para que un día podamos decir: “Pagamos por un muy buen Servicio”.