En los últimos años Colombia ha contado con numerosos escándalos de los representantes de su cuerpo diplomático. Como es sabido, es el Presidente quien tiene plena facultad para nombrarlos , sin embargo, hay un clamor general, para que se generen ciertos filtros, que por lo menos le garanticen al país conocer antes de ser nombrado ,un poco más de la trayectoria de la persona.
Alexandra Piraquive de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado busca mediante una ley, pedir a la cancillería enviar a una sesión al nominado, quien deberá hacer una presentación detallada de su trayectoria y cuáles son los planes y programas al frente de la Embajada o Consulado General a asumir.
Una delegado de la comisión emitirá un concepto con las observaciones y referencias que tengan sobre la persona que aspira a ser nombrada, aunque el concepto no es mandatorio al Presidente, este será publicado en gaceta oficial y leído ante el candidato, con el fín que se genere un control político previo al nombramiento.
El consultor en imagen pública de la Universidad del Rosario Manuel Mateus, considera que si bien el Presidente puede tomar o no este concepto, el peso de la opinión pública hará que piense dos veces antes de nombrar a una persona, cuya hoja de vida acumules investigaciones, que no se comprometa con un plan a ejecutar, o que simplemente arranque con un concepto negativo de dicha comisión.