Los 96 accidentes de tránsito en el año 2010 y 67 en el año 2011 sin persecución a los motociclistas, contrastan los 118 accidentes en el 2012 mientras estaba ya en vigencia una fuerte persecución a los cerca de 65.000 motociclistas de Cúcuta por parte de la administración municipal. Este hecho sumado a la negativa rotunda de la alcaldía a aceptar la solicitud de revocatoria directa de los decretos restrictivos contra los motociclistas radicada hace algunos meses por el Dr. Mauricio Pulgarín, director político departamental del Partido Político MIRA en Norte de Santander, además de las respuestas evasivas por parte de la secretaria de tránsito para no suministrar información concreta de los supuestos estudios previos realizados para emitir los decretos 0347, 0463 y 0465 de 2012; solo evidencia que en esto, por solo mencionar un aspecto, la administración Municipal de Cúcuta actúa más de manera caprichosa que por la razón lógica y el estudio serio de los temas.
Es equivocado pensar que la mejor manera de disminuir la accidentalidad en la ciudad es sacar de la circulación a los motociclistas, castigando a todo este grupo de la población y estigmatizándolo a cuenta de la incapacidad operativa de las autoridades para hacer cumplir las normas ya dictadas por la ley nacional de tránsito y por la falta de inversión en pedagogía, cultura ciudadana y la falta de control a la corrupción que le permite a cualquier persona obtener una licencia para conducir motocicleta sin cumplir los requisitos de ley; agravado esto por la forma irresponsable como se están asumiendo las charlas dadas a los infractores, los cuales pagando alrededor de 35.000 pesos evaden sus 4 horas de clase con tan solo un video de 30 minutos… “Necesitamos menos garrote y más pedagogía y control”.
Es tiempo de hacer un alto en el camino y explorar alternativas más eficaces como la reestructuración de la secretaria de tránsito, constituyendo un equipo acorde al parque automotor de la ciudad con guardias de tránsito que controlen el tráfico y hagan respetar las normas; la reparación de la red de semáforos de la ciudad, la visita a colegios y universidades para realizar talleres de cultura ciudadana y normas de tránsito y la adecuación de espacios deportivos aptos para la práctica de los deportes a motor… estas son solo algunas propuestas que a mediano plazo disminuirían la accidentalidad pero lo más importante no sería una disminución fundamentada en acciones que estén en contra de las normas superiores, como las medidas actuales, y permitirían una solución que a largo plazo generaría un cambio permanente en el comportamiento de los cucuteños.