La integridad desde el Miraísmo

Gozar de una mejor calidad de vida es un derecho que no es sólo para unos pocos y por eso es una tarea de todos, la cual es alcanzada  cuando  hay conciencia de que se es parte del cambio por medio de las acciones cotidianas, del comportamiento frente a las personas y frente a las circunstancias. Cuando se actúa de manera responsable, recta, honesta, sincera, incluyente, desinteresada, virtuosa, respetuosa, colaborativa y tolerante, buscando en bienestar de los demás en todos los espacios de la vida, se está obrando íntegramente. La Integridad lleva a ser parte activa del cambio y del desarrollo que cada miraísta busca para la comunidad en la que se encuentra, logrando de esta manera contribuir en el crecimiento de la dignidad humana y de la calidad de vida de todas las personas.

El Miraísmo cree que para que existan procesos de desarrollo y de cambio en beneficio de las comunidades no sólo deben existir cambios en las estructuras políticas, sociales, económicas, institucionales y administrativas, sino también en las actitudes personales frente a los demás y las realidades, para que los procesos sean de largo alcance.

Para el Miraísmo la Integridad es la realización o manifestación real y agregada de las virtudes y valores que componen el comportamiento de una persona. Se refiere a la capacidad del ser humano de actuar con Responsabilidad, Rectitud y Honestidad, conforme a la Amistad, Justicia y Lealtad tanto en los ámbitos privados como públicos, siempre pensando en el bienestar no sólo personal sino también colectivo.

La Integridad se evidencia en la rectitud de la totalidad de las acciones del ser, es decir, en el ser cabal, razonable, objetivo, benévolo, prudente, amante de lo moral, honesto, decente, afable, honorable, de comportamiento excelente e intachable ante la comunidad. Por eso no tiene unas acciones específicas, puesto que la Integridad es la suma de todas las acciones virtuosas del ser humano. La integridad es la perfección total en el campo ético.

Ser integro implica estar comprometido con la comunidad buscando siempre su dignidad y su calidad de vida. Sin embargo, no sólo se requiere estar comprometido sino también la actitud de llevar a que las personas se comprometan, aseguren, afirmen y formen para que se involucren honestamente en la toma de aquellas decisiones que les afectan como comunidad. La Integridad tiene entonces como prerrequisito el ser un ciudadano activo y el activar a otros para que lo sean.

Al existir la Integridad como valor final y los subsiguientes valores instrumentales como fundamento del comportamiento personal en los diferentes espacios de la vida (especialmente en los espacios de participación de la comunidad y en los espacios políticos) se despierta la credibilidad y confianza por parte de las personas que ven un actuar recto y virtuoso, demostrándose de esta manera que es el Miraísmo la ideología política que permite renovar el concepto de la política y de la sociedad.

La Integridad es la plenitud del ser humano, entendido como un ser benévolo que valora a todas las personas como iguales y en libertad, independientemente de sus diferencias culturales o de género y reconoce sus derechos y deberes como ciudadanos. Adicionalmente implica favorecer a las personas no privándolas de información, comunicándoles, enterándolas, anunciándoles, para que las personas cuenten con herramientas para decidir, no siendo  impositores sino pacificadores, armonizadores de las realidades que aquejan a las personas, no enfatizando en las problemáticas en sí mismas, sino mostrando que siempre hay una solución.
Valores relacionados

Los valores instrumentales de la Integridad son la Rectitud, la Observancia, la Honestidad, la Coherencia y el Servicio.

La Rectitud es no infringir voluntariamente ninguna regla moral; implica la búsqueda constante de la perfección en todos los ámbitos de la vida sin descansar en ningún momento. La Rectitud es el camino a la Perfección total o Integridad, pero la Integridad implica no transgredir ninguna norma moral ni voluntaria ni involuntariamente.

La Observancia es obedecer al pie de la letra las instrucciones recibidas y la moral en general, es proceder con precaución y reserva para no cometer un mal. La palabra observancia viene del latín ob (por causa de) y servo (proteger, defender, ser esclavo, obedecer).

La Honestidad es cumplir los deberes para con el prójimo3. La Honestidad se practica con Sinceridad, es decir, una persona que finge ser íntegra pero comete delitos a escondidas no es honesta. La palabra honestidad se deriva del latín honesto (adornar, ensalzar, hermosear, enriquecer).

La Coherencia es la no contradicción entre las obras, palabras, pensamientos y sentimientos del ser. Decir que todos los perros ladran pero que Rex (el perro de María) no ladra es una contradicción, porque para que se pudiera cumplir se requiere o que Rex no sea un perro o que no todos los perros ladren. Este es un caso de incoherencia en la argumentación. En lo moral, por ejemplo, es incoherente la persona que se esfuerza por ser puntual en llegar a su oficina pero que estando allí hace su trabajo con pereza o pierde tiempo.

El Servicio es hacer sacrificios para que los demás tengan bienestar. Es renunciar a lo que se merece o a lo que se desea para obrar noblemente, con generosidad y humildad. Quien sirve deja de pensar en sí mismo y no busca lo propio, porque asume que la verdadera realización del ser humano está en luchar por la felicidad de los demás, es decir, trabaja para que los deseos y necesidades ajenas sean satisfechos. Para servir hay que ser justos, porque quien sirve sin justicia no está aplicando la honestidad (ejemplo: el cómplice de algún delito).