Colombia se encuentra expuesta a desigualdades sistemáticas. Conforme el tiempo avanza y a pesar de las buenas intenciones, los indicadores no ceden. Las cifras oficiales nacionales más recientes denuncian que cerca de 14 millones de personas en el país viven en condiciones de pobreza y, entre ellos, más de 4 millones en pobreza extrema. La precariedad golpea con mayor severidad a mujeres, niños, niñas, jóvenes y adultos mayores. Dar la espalda a esta situación que menoscaba el día a día de millones de compatriotas, no es una opción.
En efecto, ejercer a plenitud cualquier derecho civil, político, económico, social, o ambiental para quienes se encuentran en estas condiciones, es prácticamente imposible; ¡cuánto más cuando al año se desvían recursos por decenas de billones de pesos a causa de la corrupción! ¿Cuál sería el impacto positivo de los proyectos e inversiones que se podrían realizar en Colombia, si fueran más altos los índices sociales de respeto al manejo de todo asunto público y privado?
Aunque semejante presente produzca insatisfacción, trabajamos de continuo por un futuro promisorio. La coyuntura en la que nos encontramos demanda que sea considerada como una oportunidad para multiplicar los esfuerzos que se dirigen a superar los problemas recurrentes de marginalidad, inequidad y exclusión y así, mejorar los resultados en términos de equilibrio, justicia, empoderamiento de la mujer, o reducción de la mortalidad infantil.
Es un reto que asumimos mediante la promoción de Garantías Sociales para los colombianos. Impulsamos una Agenda Programática y Legislativa, enfocada a la superación de la pobreza y la reducción de la desigualdad, por medio de iniciativas de prevención y acción, que mejoren la calidad de vida y la seguridad de los colombianos.
Esto implica que desde el Congreso que se elegirá el próximo 11 de marzo se enfrente el desafío. Por lo tanto, será clave insistir en las propuestas en curso y generar otras nuevas que tengan en cuenta a la mujer, a los niños; se debe garantizar el acceso a la pensión para los campesinos y otras personas en condiciones de vulnerabilidad; la implementación de algunos subsidios aún no contemplados por las normas; o la ampliación de cobertura al seguro de desempleo, por citar sólo unos casos.
Consideramos que la política debe existir en función del ser humano, rodeada de valores, actuando en términos de equidad. Es parte de aquello que nos define; que caracteriza nuestra identidad.
Columna publicada en el diario impreso: