Por: Carlos Eduardo Guevara
Bogotá vive un proceso de crecimiento y transformación constante, con obras públicas y privadas de gran magnitud que generan volúmenes considerables de escombros. Según la UAESP la producción de este tipo de residuos es cercana a los 26.100 m3/mes, de los cuales el 62.5% corresponden a escombros dispuestos de manera clandestina.
De acuerdo con un estudio de la Personería Delegada para el Hábitat y los Servicios Públicos realizado en el año 2009, la capital produce diariamente más de 450 toneladas de escombros y desechos de materiales de construcción, siendo los lugares más frecuentes para la disposición clandestina, parques, potreros, separadores, zonas verdes, conjuntos residenciales y humedales. Según el informe de la Veeduría al Manejo de los Escombros en el Distrito Capital de la Personería de Bogotá, se han identificado 222 puntos críticos o de arrojo clandestino de escombros en la ciudad.
La incorrecta disposición de escombros tiene un impacto ambiental negativo, ya que uno de los factores más afectados es el componente hídrico, pues la calidad y las propiedades fisicoquímicas del agua se ven alteradas con la disposición de escombros en rondas de ríos, quebradas o humedales. Por otro parte, al afectación que sufren los humedales implica un riesgo ambiental gravísimo, estos ecosistemas funcionan como recolectores de agua lluvia y al afectar el hábitat pierden está función, causando inundaciones y otros riesgos que afectan la población.
Las localidades que se ven más afectadas por la inadecuada disposición de escombros en Bogotá, son: Suba con el 22.46%, Ciudad Bolívar con el 12.86%, Kennedy con el 11.32% y Engativá con el 10.03%. Al ser la localidad de Suba la más afectada con esta problemática, produciendo 4.824 metros cúbicos de escombros clandestinos mensuales que afectan los humedales y corredores ecológicos, es de resaltar el caso del Humedal Guaymaral, este cuerpo de agua es considerado zona de protección ambiental y actualmente desparece por la disposición ilegal de escombros, según la CAR se ha llegado hasta depositar escombros provenientes de obras del Distrito, y la comunidad se ha visto afectada por el paso constante de volquetas que causan el deterioro de la malla vial, es necesaria la intervención urgente de las autoridades en este sector.
En la actualidad, el manejo de escombros en Bogotá no es adecuado, toda vez que, presenta un proceso desorganizado, una normatividad dispersa y un escaso control por parte de las entidades competentes. Esto ha conllevado a que sean pocos los resultados obtenidos con los procesos implementados por la Administración, haciéndose necesario acciones efectivas respecto a la gestión integral de materiales sobrantes de construcción y escombros.
Por otro lado, en el Plan para el Manejo Integral de Residuos Sólidos -PMIRS- se dispone la obligación de aprovechar en un 25% los residuos provenientes del Servicio Público de Aseo, entre los cuales están los escombros, así como la construcción y operación de dos instalaciones para este tipo de materiales. Con el aumento de las obras civiles en la ciudad la generación de escombros se incrementa, pues según la Personería “por cada metro cuadrado de construcción, se están generando 1.43 m3 de escombros; Bogotá genera 12 millones de toneladas de escombros al año, lo que equivale a 70 torres Colpatria” y dado que la disposición en escombreras es limitada se requiere establecer un mecanismo de aprovechamiento y reutilización de esta clase de materiales.