Cada mañana sus ojos brillan cuando contempla el mar de los siete colores. Cada mañana su impulso lo da Dios y el deseo de servir a las poblaciones más vulnerables.
Lili Mariana Mow, quien tiene raíces indias, raizales y chinas, asume su reto de llevar al corazón de sus semejantes, la esencia del miraísmo, ese estilo de vida de ayudar con respeto, transparencia, honestidad y solidaridad. Lili es una mujer de 55 años, nacida en el archipiélago de San Andrés y Providencia. Vive, en lo que muchos denominan un paraíso Caribe, con su señora madre, un hermano con discapacidad, dos hijas y cinco nietos. Además tiene un hijo varón que reside en Medellín.
Desde el año 2000 inició su labor en el Partido Político MIRA, cuando personas que pertenecían a él, la invitaron a participar del trabajo que hacían en los diferentes barrios de la isla. “Me enamoró la manera diferente que tenían de hacer política, desde lo social dando soluciones a las problemáticas de los grupos más vulnerables. El líder Abraham Lara, quien era el dirigente del partido en la isla en esa época, notó mi compromiso, entrega y satisfacción por el servicio a los demás, en las diferentes actividades que realizábamos”, recordó.
Una enamorada de su familia y amigos, y de conocer lugares donde se pueda tener contacto con la naturaleza, evocó como una alegría indescriptible el momento histórico del país donde un partido político pudo demostrar un fraude electoral. “Derramé lágrimas de alegría porque es el reconocimiento de un trabajo con principios, valores y sobre todo con honestidad y respeto. Quedó evidenciado que en MIRA estamos para servir a la nación, cuando en 2018 nos devolvieron las curules al Senado”, manifestó.
Disfruta de sus nietos, con quienes ve programas de televisión infantiles, y anhela en capacitarse para servir a su archipiélago. “Me encantaría estudiar ciencias políticas y libertad religiosa”, dijo.
Para Lili, quien agradece día a día a Dios, ser miraísta es pensar, sentir y actuar con principios éticos y valores cristianos dentro de la sociedad. “Miraísmo hay para rato. Es un orgullo pertenecer a un partido que su esencia es servir a los demás con respeto, transparencia, honestidad y solidaridad”, reiteró.
Su sueño es fortalecer la militancia en el Partido MIRA y con ello la labor en la isla. “La gratificación más grande que podemos recibir son los rostros alegres del beneficio recibido con nuestras propuestas, decretos, ordenanzas y leyes. Es una alegría muy grande en el corazón servir sin esperar nada a cambio y eso solo lo he visto y vivido con MIRA. Quiero llevar, repito, a los corazones de las personas del archipiélago, la esencia del miraísmo”, concluyó.