Con una pequeña maleta, Wilmar viajó cerca de 240 kilómetros desde su natal Buenaventura hasta Armenia, Quindío, solo con una idea en su mente: ser futbolista profesional. Se imaginaba lucir el ‘10’ en los clubes del mundo y en la Selección Colombia, por ello, no dudó en acoger la oportunidad que le brindó el Deportes Quindío, institución a donde arribó con solo 17 años cargado de ilusiones que dibujaba a punta de dribles y una ‘pecosa’.
“En Armenia buscando mi sueño de ser futbolista recuerdo que encontré que mi corazón comenzó a enamorarse de un partido, que no era el de fútbol, sino uno de aprendizaje, construcción y liderazgo social y político: MIRA”, evocó Wilmar Campaz, el esposo de Yajaira Cerezo, padre de Ashly Marien, hijo de Fabiola Bonilla y hermano de siete descendientes más de la multicultural Buenaventura, el principal puerto marítimo de Colombia, y donde se mueve más del 53% del comercio internacional del país.
“Al estar lejos de mi casa solo iba a las actividades que realizaba Juventudes MIRA en las instituciones educativas, charlas y cine foros, puesto que desde cuando tenía 11 años, mi madre me llevaba a las jornadas que se hacían en los barrios del puerto, y allí colaborábamos con llevar las sillas, mesas, aguas y carteleras para atender a multitudes de personas que se beneficiaban con las actividades del Partido MIRA”, comentó.
Recordó que era un muchacho tímido y que su único escenario para sentirse libre era jugando fútbol. “Una noche de 2009 cuando llegué a la reunión de Juventudes MIRA en La Tebaida, Quindío, recibí una gran noticia: la coordinadora de Juventudes me delegó esa responsabilidad, lo que me causó gran preocupación, pero ella utilizó el fútbol para hacerme ver que solo tenía que enamorarme y sentir la ‘camiseta’ de MIRA en mi corazón y desde esa época comenzó un gran camino para mí”, relató Wilmar, mientras aseguró que han sido 18 años de militancia en el Partido, lo cual ha significado “sembrar y recoger verdaderamente los frutos de una gran decisión que tomé al dejar el fútbol por dedicarme a creer y dejar las banderas del miraísmo en alto”.
Entre sus logros están ser coordinador de Juventudes MIRA Buenaventura, desde donde adelantó la formación de líderes; la ejecución de operaciones como la Cotorra, para detectar liderazgos juveniles; el ser delegado Departamental de Juventudes con mas de 2.000 votos, y ser nombrado por el Consejo de Juventudes y la administracion local como la Mejor Organización Juvenil del Año.
Para Campaz, la preparación es fundamental y por eso se capacita para aportar al crecimiento de su ciudad, Buenaventura. “Esta es una tierra de gente amable, alegre, buena y con muchas ilusiones, pero ha sido golpeada por la falta de gobernabilidad y gobernanza, donde la misma corrupción ha sido la madre de todos los días malos que hemos vivido.
Estoy convencido que el Partido MIRA es un generador de cambio y oportunidades, por eso de la mano con MIRA vamos a transformar y a convertir a Buenaventura en una ciudad de grandes oportunidades”, manifestó.
Este administrador público, egresado de la ESAP, y técnico en administración portuaria, piensa en especializarse y realizar una maestría en gestión pública y buen gobierno.
Para Wilmar ser miraísta es “un todo”, y por tanto: “Tuve la oportunidad de crecer y formarme en este maravilloso Partido… Lo que Wilmar Campaz es hoy en día se lo debo a Dios y al Partido MIRA”, afirmó con la más grande sonrisa, esa que no hubiese emanado de su ser ni habiendo anotado un gol en un mundial.
“A todos los líderes y simpatizante de MIRA los invito a no bajar nunca los brazos, a seguir enarbolando las banderas de la honestidad, pues pertenecemos a un Partido Político que le brinda oportunidades a todos, que siempre está velando para que los jóvenes tenga más oportunidades y que la niñez crezca en una sociedad armónica”, expresó Wilmar, quien ahora no lleva una pequeña maleta sino que irradia alegría y música porque se considera una “persona convencida que con la ‘camiseta’ del MIRA en el corazón se va a transformar la vieja política, porque hemos concebido la política como el arte de servir”.