Durante los últimos días se ha debatido en “La Ciudad de las Puertas Abiertas”, el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, que regirá durante los próximos 14 años, muy sonado en el país por la decisión tomada en la Comisión Primera del Concejo, de suprimir una zona de expansión urbana contigua a la principal reserva forestal de la ciudad, y donde incluso los urbanizadores ya contaban con licencias urbanísticas.
Sin embargo, no es menos importante recalcar que los planes de ordenamiento territorial también pueden restringir o potenciar diferentes usos de suelo y a través de ellos generar impactos positivos o negativos en las poblaciones. Uno de los usos del suelo más importantes en la discusión de este plan en Manizales, ha sido el que tiene que ver con los equipamientos institucionales de culto, en palabras más claras, las Iglesias. Los requerimientos en el Ordenamiento territorial para las Iglesias pueden obstaculizar el libre desarrollo de la libertad religiosa promovida desde la Constitución Política de 1991 y la ley 133 de 1994, como fue el caso de Manizales hasta hoy.
En Manizales el POT vigente desde el año 2001, exigía que los equipamientos de culto tuviesen 2 parqueaderos por cada 50 metros cuadrados de área construida, lo que para la mayoría de las Iglesias fue casi imposible de cumplir. El POT que actualmente se encuentra en discusión, pretendía modificar la exigencia a 1 parqueadero por cada 50 metros cuadrados de área construida, lo que en nuestro concepto si bien era más favorable, se queda corto. ¿Por qué?, Al menos el 30 % de las Iglesias de la ciudad tienen templos con tamaños inferiores a los 150 metros cuadrados, y para cumplir con el requerimiento de parqueaderos, tendrían que tener subterráneos, o desarrollar segunda planta, lo que a todas luces genera todo tipo de dificultades para legalizar esta actividad.
Por esta razón, la Bancada del Partido MIRA propuso que el requerimiento de parqueaderos para los equipamientos de Cultos, se dé sólo a partir de los 200 metros de área construida; en otras palabras, sólo para las Iglesias que realmente puedan generar por su tamaño impactos en la movilidad de la ciudad con los vehículos de sus creyentes, y no para las Iglesias pequeñas, que con 1 , 2 o 3 parqueaderos no resuelven ningún problema de movilidad, pero sí por el contrario, restringen el derecho a la Libertad de Cultos.
Adicional a lo anterior, se logró eliminar una restricción para las Iglesias, de no poder ubicarse a 50 metros de juegos de suerte y azar como los chances, pues es bien sabido que en la mayoría de las ciudades, estos usos se encuentran en casi cada cuadra, lo que impediría la ubicación libre de las iglesias.
Cabe resaltar también, que todo lo anterior se dio gracias a la identificación de las problemáticas por parte del Área de asuntos religiosos de la Alcaldía de Manizales, que en un trabajo en equipo con los líderes religiosos de la Ciudad, realizaron un análisis minucioso del tema y presentaron una alerta temprana. De allí la importancia de promover el empoderamiento del sector, y sobre todo de su inclusión en los consejos territoriales de planeación como actor fundamental, para que cada vez más se minimicen las restricciones en todos los ámbitos, que puedan obstaculizar el derecho a la Libertad de Cultos.
En conclusión: El POT que se encuentra en proceso de aprobación en Manizales, respeta sin restricción alguna el libre desarrollo de la libertad religiosa de los ciudadanos y se convierte en un referente nacional, para que el ordenamiento territorial se transforme en una herramienta más de promoción y defensa de los derechos constitucionales, de los habitantes en sus territorios.