En una fría mañana, en la ciudad de Charlotte, estado de Carolina del Norte – EE.UU, un grupo de Miraístas se reunió con el pintor colombiano Edwin Gil. Este “Embajador Paisa” (como ha sido llamado por algunos medios locales), a través de una iniciativa llamada “Nuestra Bandera” se ha desplazado por diversidad de sitios del mundo recolectando las huellas de los colombianos que residen en esos lugares, e imprimiéndolas en lienzos gigantescos, que a su vez, se unirán a una bandera de Colombia que será entregada a una ciudad en este país, una vez finalice su proyecto.
La idea surgió mientras realizaba otra campaña titulada: “Home Sweet Home” (Hogar, Dulce Hogar), que consistió en recolectar las huellas de las manos de estudiantes latinos en la ciudad de Charlotte sobre la bandera de EE.UU; todo con el fin de simbolizar que los latinos también hacemos parte de esta nación. Y en cierta oportunidad, mientras se encontraba en una escuela primaria, el pintor colombiano decidió ocuparlos en algo; y siendo el nombre de la iniciativa “Hogar, Dulce Hogar”, les pidió dibujaran en una hoja de papel lo que para ellos era su hogar. Su mayor sorpresa fue cuando un niño de escasos 5 años de edad había dibujado la bandera de Colombia. El pintor le preguntó por qué había dibujado la bandera colombiana. La respuesta: “Porque para mí, ese es mi hogar”. Atónito, Gil añadió: “¿Y tu naciste en Colombia?” respondió el niño: “No, yo nací acá, pero mis papas son de Colombia y para mi –repitió – mi hogar es Colombia”.
Marcado por el suceso, Gil tuvo la idea de tomar las huellas, esta vez no de niños latinos sino de los todos los colombianos que encontrara en su camino; esta vez no las plasmaría en la bandera americana sino en “Nuestra Bandera”.
Y es en esta travesía, que inició hace ya muchos años, en donde no solo ha tomando las huellas colombianas, sino que ha ido sintiendo la alegría de los colombianos residentes en el exterior que se siente en ellos a flor de piel. Eso es lo que según Gil, más extraña de Colombia: Su gente, la felicidad y el gozo característicos del pueblo colombiano.
Pero tampoco piensa parar, tiene planeado irse para el continente europeo en marzo del 2010. Entre sus puntos de destino tiene a España, Italia, Bélgica, Francia e Inglaterra para poder tener en “Nuestra Bandera” la mayor cantidad de huellas de los colombianos.
De quienes piensa que un Colombiano de Verdad es “alguien que aparte de tener los modismos colombianos (risas), es el que a pesar de todas las adversidades, a pesar de todos los problemas que hemos tenido siempre echamos para adelante y siempre queremos superarnos, y mostrar lo bonito de nuestro país, y nos sentimos orgullosos de nuestro Amarillo, Azul y Rojo y que queremos compartir, apoyar y ayudar a otro donde quiera que estemos, porque he conocido a muchos colombianos y hay colombianos que se sienten orgulloso y quieren ayudar.”
Y es así, como este Colombiano de Verdad, salió de la pobreza que rodeó su niñez, cuando trabajaba diariamente recogiendo cartones en la ciudad de Medellín para ayudar a su familia; es así como este Colombiano de Verdad hoy deja su huella -y la de todos los demás colombianos- en el Amarillo, Azul y Rojo…en “Nuestra Bandera”